domingo, 7 de junio de 2009

Un fuerte abrazo



Era la cuarta vez en este mes que Francesca y yo nos veíamos y pasábamos casi toda la madrugada juntos paseando en mi carro.
Ella iba al volante conduciendo por entre las calles mojadas por una ligera lluvia que había caído horas antes, yo estaba al lado suyo viéndonos a través del espejo retrovisor que ya se había convertido en fiel testigo de nuestros encuentros.

Me gustaba la noche, la humedad y el silencio que ella encerraba, me gustaba ver a Francesca conduciendo mi auto con una ligera sonrisa en sus labios, esa sonrisa de dulce niña traviesa que me enloqueció y aún me enloquece y que en años atrás me enamoró..

El frió de la noche y la botella de gaseosa que tomé, habían estado haciendo efecto en mi organismo desde hacía un par de horas atrás, no pude más. Quería orinar.
Nos detuvimos en un parque ante la negativa de mi pedido de ir a un grifo, creo que era lo mas adecuado, pero ella no quiso, así que baje del carro me arrime a un árbol que estaba a una distancia considerable del carro (no quería que me viera orinar). Orine.

Ya de regreso al auto decidí no ingresa a el, me quedé afuera viéndola dentro del auto. Estuvimos conversando de nosotros, y planeando una futura visita de ella a mi casa. Yo la miraba, me encanta verla en mi auto, siento que aquel asiento del copiloto es su lugar y que le pertenece, que siempre le perteneció y que ahora solo esta a la espera de su regreso.

Al cabo de unos minutos Francesca también salio del auto y nos pusimos a conversar fuera de el. Acostado en la puerta del carro miraba como se movía de un lado a otro sonriendo y tarareando la canción que sonaba en la radio, yo solo la miraba sonreír, pero me sentía mal, sentía que pese a su belleza y las ganas inmensas que tenía por besarla, sabia que no lo podía hacer, sabia que ya no es mi enamorada y que por más que nos veamos no la voy a besar, no hasta que por lo menos termine con su enamorado, pienso que las cosas deben ser así, y así son hasta el momento.

De un momento a otro ella se acerco, estiro sus brazos en señal de quererme abrazar, no dude también la abrace, “esto es lo que estaba esperando toda la noche”, dije.
Fue un abrazo muy largo, estuvimos casi cerca de dos minutos abrazados fuertemente, no sabia ¿Por qué? ella lo hacia, quizás también me quería besar, y al abrazarme evitaría besarme, eso era lo que entendía por su abrazo. Me dio un par de besos en la mejilla, que realmente me gustaron, yo acariciaba sus cabellos le decía cosas lindas me sentí muy bien como nunca antes.

Fue una momento soñado, ya que después de todo cuando estuvimos abrazados no hubo ningún tipo de conversación, fue un momento en donde las palabras, si las hubiera habido, iban a sobrar, lo único que nos comunicaba era la expresión de nuestros cuerpos, las fuerzas y las ganas con las que nos abrazábamos eran muestras de algo, que a mi parecer es cariño y afecto.

Quede confundido y a la vez satisfecho, por que la había tenido entre mis brazos, pero no sabia por que lo había hecho, parece que voy a necesitar mucho más madrugadas y salidas a ocultas, para poder tratar de entender ese abrazo, pero me gusta.
Me gusta explorar los pensamientos que tiene sobre mi persona, también me gusta verla, conversar con ella, en realidad me gusta todo lo que esta alrededor de ella y de mi cuando ambos estamos juntos, siento que esos momentos son perfectos.


05 de junio del 2009